Tras un cómodo y divertido viaje realizado el pasado viernes llegamos a Sevilla con ánimos de vivir no sólo el ambiente de la ciudad sino también todo lo que rodea al día previo a un maratón. Antes de acostarnos sacamos una bandera ilicitana, saludamos al grupo procedente de Cartagena y tomamos una cerveza en compañía. Alberto Costilla nos emplazó a las 7,45 de la mañana del sábado para realizar una trotada de media hora. Nos aseguró que no iba a restar preparación y, al final, un total de siete seguidores siguieron a pies juntillas su planteamiento. Fue el primer contacto con el asfalto de la capital y no había duda alguna que el consejo procedía de todo un experto en estas lides.
Tras el desayuno nos proponemos a ¡ANDAR!. El hotel está en el centro y muy cerca la Casa de Pilatos. Este fue nuestro primer destino turístico. Después la Plaza del Salvador, la calle Sierpes, la Plaza Nueva o del Ayuntamiento, La Catedral con su Giralda y un magnífico paseo por Los Reales Alcázares. Comida de tapeo en el barrio de Santa Cruz, después la Plaza de España, caminata por la ribera del Guadalquivir con la Torre del Oro, La Maestranza, Triana y bufff!. Las piernas algo cansadas y mañana queda lo más duro. El grupo formado por Amada, Fini, Pepe, Loli, Eugenia, Juan Luis y yo aguantó perfectamente y acabó satisfecho del embrujo que encierra Sevilla.
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