martes, 15 de mayo de 2012

Ronda o el espíritu de la paciencia


   No ha habido diferencia alguna de la edición del año pasado. Los legionarios siguen con un guión que funciona. La participación es enorme con cerca de 7000 atletas que se concentran en el campo de fútbol tras el sello del pasaporte que debemos llevar a lo largo de toda la prueba. Es fundamental para el registro de los 4 puntos de control y para la recogida de la mochila en Setenil o el acuartelamiento.
   El grupo de ilicitanos conocidos comprende los nombres de Angela, Paco Zaragoza, Fausto, Alberto, Julio y yo. A este grupo se unió Asier, un invitado que se acercó desde la Navarra que habla el eusquera y que no sabía dónde se metía pero que acabó eufórico. En una marcha/carrera de larga distancia y en la que no sabes lo que te va a pasar es de agradecer la compañía y el ánimo de todos, pero si viene de un amigo se valora más. Así pues y antes de pasar a mi relato gracias a los que he nombrado arriba por vuestro apoyo. Recuerdo nombres como los de  Ito o Salva Maciá con los que compartí la MIM o el Botamarges respectivamente. Es en estas pruebas donde se comparten muchos momentos inolvidables por las sensaciones que van apareciendo a lo largo de tantas horas juntos y son las que crean unos lazos que perduran en el tiempo. Mi experiencia en el Ultrafondo es corta y, por ello, al no ser una prueba más, queda el recuerdo más afianzado.
   Desde que me inscribí he ido labrando en mis neuronas dos virtudes propias de mi amigo Paco Navarro: prudencia y paciencia. Ambas aumentan de valor si además resulta que mi preparación previa no ha sido todo lo deseable por lesiones y otros problemas.
   La infraestructura de esta carrera de fondo es muy buena. No te vas a perder ni te va a faltar comida o bebida. Los legionarios poseen todo lo necesario para que el resultado para el participante sea más que satisfactorio. Sin embargo, en esta edición al ir en el furgón de cola he notado sólo en los primeros avituallamientos algunos atascos a la hora de llenar los camel o las botellas. El militar de turno se pone a veces en plan borde y te tira a patadas cuando sólo has cogido un vaso de isotónico. De repetir nada.
   Calor, mucho calor para seguir avanzando a horas en las que el sol cae con justicia. Los campos y encinas son preciosos y el verde producto de las últimas lluvias te distrae. La gorra, las cremas solares y las gafas protectoras se hacen imprescindibles. Son momentos en los que no sabes si andar o trotar pero poco a poco las dudas se disipan y con lo primero es más que suficiente. Otra vez más prudencia y paciencia.
   Con la entrada en la zona militar destinada a campo de tiro y pista de carreras vemos a los primeros que no dejan de correr. Envidia sana. Estos si han preparado bien la lección. Mi ritmo pausado me ha permitido hacer bien las digestiones y no he pasado los ardores de la pasada edición. Estaba loco, digo yo. Engullir el sándwich sin parar es una locura.
    El grupete de ilicitanos formado Angela, Paco, Julio, el adjunto Asier y el que escribe va más o menos compacto compartiendo todo lo que vamos sintiendo. Así pues lees lo que el cuerpo te dice y no piensas en finalizar pues la meta está muy lejos aún. Cerca de Setenil (km 58) me quedo sólo pues los pies ya empiezan a calentarse y bajo el ritmo. Por delante algún corredor se desploma y me paro a atenderlo. Al poco llega un coche de protección civil y se lo lleva al pueblo más cercano. En Setenil no me queda más remedio que darme un premio, pues la fatiga mental va en aumento. Y cómo no, una cerveza es mi recompensa en compañía de mis inseparables
     Empieza o oscurecer, ya es hora de ir poniéndose el cortavientos y los frontales. Las cuestas se hacen más llevaderas pues llegando al cuartel hay una bajada durísima donde mi sobrepeso cae en la planta del pie con más presión. Sigo viendo corredores sentados al borde y me dicen que ya no se levantan pues están a la espera de algún vehículo que les remolque. En fin, la odisea empieza a escribirse con mayúsculas. Cada apoyo es un ay de dolor y quedan unos 30 kms hasta Ronda. Sólo pienso en llegar allí donde me retiré el año pasado y ver qué pasa. Con pena y poco a poco me reencuentro sentado en el comedor del acuartelamiento con mis compañeros de fatigas. A la respuesta de sus preguntas de cómo estoy les digo que jodido. No puedo seguir con estos dolores, no sé si retirarme una vez más. He cambiado de calcetines, de plantillas, me he puesto vaselina, cremas refrescantes, sprays anestésicos, me he tomada un analgésico… pero no, a pesar de todo hay que intentarlo. Hay un enfermero en el grupo y con el imperdible del dorsal intenta romper las ampollas que me acompañan. Son profundas y es imposible. Sólo un pequeño almohadillado y a continuar.
  En la subida de la ermita me acuerdo de todos los santos y a altas horas de la noche me pregunto por enésima vez ¡qué cojones hago aquí! Julio y Asier me esperan en la cumbre pero el segundo no puede más y por su desesperación de llevar tantas horas de pie le conducen a terminar corriendo (es joven, no ha pasado de los cuarenta). Aún pudiendo haberse marchado y pidiéndole que se fuera que yo ya acabaría, Julio decide quedarse conmigo. Fue muy penosa la bajada a Montejaque y por ende hasta la meta. Los corredores que llevábamos detrás nos pasaban en gran número. El ritmo se hacía cada vez más lento porque el combustible se estaba agotando, el sueño, los dolores… Amanece en el último control y ya no hay vuelta atrás. A rastras pero hay que pasar página y llegar. Quedaba la última cuesta, la del cachondeo como aquí le llaman. Era un espectáculo ver cómo iban de una lado para otro todos los participantes ya sea por las ampollas o por evitar los cantos rodados para más inri de que estaba cubierta la infernal y última cuesta hasta Ronda. Julio, una vez más, me pone sus manos en mi espalda y literalmente “me empuja” me conduce cual fardo pesado que retrocedía más que avanzaba por la fuerza de la gravedad. Arriba, un legionario me da ánimos al igual que los escasos nativos que se levantaban en ese momento. Y así con más pena que gloria llego a meta en más de 21 horas. El ladrillo de todos los años es ahora una placa de hierro que reproduce el gorro del legionario. El militar me da la enhorabuena y me dice que ya soy un cientounero, algo así como un reto más de la vida, uu hijo, un árbol, un libro… Bien, corroboro las palabras de Angela de satisfacción y una vez la nave quemada, no vuelvo más. Gracias a todos los que he nombrado y me han apoyado, al Sombrilla por esperarnos a nuestra llegada a meta y, en especial, a mi amigo Julio, que sin su inestimable ayuda en los últimos kilómetros probablemente no habría finalizado. No me olvido de Marga por su paciencia a la hora de comprender un casi sinsentido.



viernes, 11 de mayo de 2012

La Media de Elche continuó hasta Santa Pola



   Poco tiempo para entrenar grandes distancias y este fin de semana es el último previo a Ronda. Queda el último esfuerzo para intentar al menos el aprobado. El pasado viernes andé más que troté 50 kms y quedé con las plantas de los pies ardiendo. Mi tendón (el de Aquiles) sufre un poco pero no me impide continuar y así el domingo, cual tradición ilicitana, no falté a nuestra más querida Media. Sin forzar, 1 h 59 min y después, con la mochila a la espalda, seguimos Julio y yo hasta la paella que nos esperaba en Santa Pola. En fin, un entrenamiento más (de 40 kms) y ahora a esperar mi gran reto del 2012. Con menor preparación, algo de sobrepeso y tocado en alguna que otra parte me voy a tierras malacitanas. Lo que sí tengo mejor es mi experiencia. No sé si acabaré, pero tengo claro que me lo voy a tomar con calma, mucha calma. No finalizaré el sábado y, de completar la distancia, seguro que será con el sol fuera. Emociones fuertes y ya os contaré

sábado, 24 de marzo de 2012

Perleta familiar

Trotando tranquilitos y esperando que se vayan nuestras lesiones
Con Marga, Nicomedes y Davinia. Padre e hija que ya son veteranos en estas lides.

Con buen tiempo, muchos ilicitanos y gente que se ha quedado fuera de las inscripciones por agotarse el cupo, se ha disputado estos 10000 metros por el campo de Elche. Se nota que estas carreras cercanas y sin mucho kilometraje son cómodas y nos gustan como un entrenamiento más. Desde aquí animar a mi amigo Julio en su empeño de bajar de las 4 horas en Barcelona este domingo. Suerte

viernes, 2 de marzo de 2012

Un entrenamiento más en Torrevieja



El pasado domingo corrí la Media de Torrevieja de un modo "contemplativo". Eso de forzar y bajar tiempos lo dejo para otr@s, al menos, por ahora. Volví a esta Media después de muchos años en la que el circuito nos acercaba a La Mata. Ahora son dos vueltas por el casco urbano y resulta algo aburrido. En aquellas primeras ediciones recuerdo la anécdota de perderme en la carrera y tener que preguntar a algún espectador por la dirección que me llevaría a meta (éramos pocos y además iba de los últimos). Debo destacar el magnífico tiempo de Antonio Mira consiguiendo su mmp de 1 h 33 min, ¡enhorabuena!. Sus genes están ahí y sin apenas entrenar consigue lo que quiere. Julio y yo nos lo tomamos como un entrenamiento más, especialmente para mi compañero de fatigas, para su reto próximo de querer bajar de las 4 horas en la próxima Maratón de Barcelona. Arriba la foto junto a la fuente próxima al puerto y ya de vuelta a casa.

viernes, 10 de febrero de 2012

El Coto con frío y nieve más expectacular aún

LLegada a meta a meta junto a Angela, con calma


Bajando de la primera cumbre con Antonio "siempre" delante



Muy abrigados esperando la salida



Esta vez me ha llevado más el corazón que la razón. Aún con lesiones y sobrecargas que persisten, no he podido resistir a la tentación de acudir a esta carrera que el año pasado se me escapó. De buena mañana y con el nombre de Juanjo en el ambiente, al que no pude ver, salimos desde Casas del Señor hacia las tres cumbres que debíamos coronar. Es una carrera en la que el verdadero protagonista es la gente que está soportando unas temperaturas gélidas para darnos de beber y comer en los avituallamientos. Pero es que además tienen detalles como el chocolate previo, el caldo calentito allá en lo alto con temperaturas bajo cero, "el vikingo" que te mete literalmente una gominola en pleno esfuerzo y el bocata final con cerveza. En fin, detalles de un evento casi familiar con mucho ingenio por parte del Club Monoverino. Siguiendo así será siempre una prueba entrañable y deseada por los amantes de la montaña. Gracias a Paco Zaragoza por las fotos para el recuerdo. Lo más anécdotico fueron esos copos de nieve en el último tercio del circuito y ya de bajada. Espectacular

lunes, 30 de enero de 2012

Brillante Santa Pola




Minimaratón


Voluntarios de buena mañana levantando los arcos

Una vez más la Media de Santa Pola fue sencillamente brillante. La fiesta comienza con la presentación en la Casa de la Cultura una semana antes, sigue con la feria del corredor en el marco del Castillo y la Mini Maratón, continúa con el día grande y termina en la gala de entrega de trofeos a los corredores locales este sábado pasado. Una multitud de actos rodeado de una ingente masa de voluntarios que se afanan porque todo salga casi a la perfección. Jamás he visto a todo un pueblo volcado en un evento deportivo con el único fin de agradar al corredor popular. Puede que haya críticas de que se está masificando en demasía y de que apenas se pueda correr, pero eso es precisamente lo que la diferencia de las demás. Es precioso ver a tanta gente a tu lado y, para mejorar tiempos o correr a toda pastilla sin dificultad, hay otras Medias. Esta es la Media por excelencia donde lo maravilloso es sentirte identificado con tanta gente que le gusta lo mismo que a tí.
Marga ha llevado unas semanas previas con un trabajo encomiable en la captación de más de doscientos niños de su Instituto. Niños que nos entregaron el dorsal, el agua y las esponjas, que nos informaron de los aparacamientos o cuidaban de los arcos situados en cada km. Ese es el verdadero éxito de Santa Pola, el grado de implicación que existe en la población.
Para el recuerdo reflejar que mi posición fue el 3021, con un tiempo real de 1:43:36 a un promedio de 4,58. Interesante fue la apreciación de los tiempos por cada 5000 metros donde apenas hay diferencias: 1º 5000: 0:25:46, 2º 5000: 0:24:17, 3º 5000: 0:24:50 y 4º 5000: 0:24:56. Éstoy satisfecho pero una lesión a última hora me impidió acabar por debajo de 1:40 que era mi objetivo. Otra vez será.

sábado, 14 de enero de 2012

Córdoba



Nos acercamos a Córdoba y ya desde el hotel se nos presenta la imagen más internacional: el puente romano y detrás la Mezquita-Catedral. Hay una serie de "patios" que se abren al público porque en ellos se colocan belenes y otros productos navideños. Es de noche y, aunque las plantas no presentan flores, el colorido de las macetas colgando de las paredes se torna maravilloso. Las personas que están al cuido nos relatan el cambio que se produce con la llegada del mes de Mayo y nos invitan a volver.


Las calles del centro y especialmente las de la Judería se convierten en un verdadero laberinto. Pasear por ellas es lo mismo que sentirse expectante ante la apertura de un regalo. No sabes lo que vas a encontrar a la vuelta de la esquina. Sólo el famoso "enchinado" las convierte en un pequeño martirio para los pies si llevas un calzado inadecuado.


Ir a Córdoba es un placer y así hemos disfrutado de su cultura, de su flamenco, de su gastronomía, de sus baños, de su arte, de sus gentes. La Mezquita que, por cierto no mira a La Meca, es el monumento de ineludible visita. Ver la Catedral "incrustada" te sorprende del mismo modo que los árabes edificaron su templo sobre uno visigodo. El guía nos dijo que gracias a los contrafuertes de la Catedral hicieron "el milagro" de que todo el edificio no se fuera a pique en el terremoto que asoló Lisboa en 1755. Hay múltiple información en la red pero desde aquí os animo a ir a Córdoba donde hay mucho que ver, disfrutar y vivir. Y así, andando, recorrimos gran parte de esta magnífica ciudad.

En las bodegas Alvear de Montilla nos quedamos con ganas de comprar una delicia de la Naturaleza: el Pedro Ximénez.

Uno de los 13 patios del Palacio de Viana

Un mar de palmeras, así me lo parecía a mí. La Mezquita, algo único

Conjunto arqueológico de Madinat al-Zahra (la ciudad brillante)

Flamenco y espectáculo ecuestre

El Cristo de los faroles

Esta imagen es de Alcaraz (Albacete) donde repusimos fuerzas a la hora de la comida y en donde contemplamos esta Plaza Mayor con sus dos torres que casi se dan la mano, curioso.