martes, 13 de enero de 2009

Subida al Picatxo pasando por Sant Juri


A pesar de la lluvia del día anterior el domingo amaneció con un sol espectacular. Las plegarias que se realizaron el sábado dieron sus frutos. Sin embargo, parte importante del grupo se acobardó y prefirió quedarse en casa. Al final sólo tres amantes de la montaña hasta la médula se embarcaron en el proyecto: Marga, Fini y el que escribe. Dos miembros hicieron historia (yo no) porque, que se sepa, nadie hasta hoy ha subido a la cima del Picatxo como si de pasearse por la Glorieta se tratara. No importaban las duras pendientes, ni las piedras sueltas, ni el barro, ni las rocas resbaladizas por el agua... Todo transcurrió para mis compañeras al igual que dos grandes amigas que se reunen en la mesa de una terraza para entablar una conversación. Toda la fauna se enteró de nuestra presencia, sus voces no se entrecortaban con el ejercicio intenso, sólo les faltó llamar al camarero y pedirles un café para tomar mientras caminaban. En fin, después de lo vivido no tengo por qué preocuparme por vuestro estado físico ante una próxima aventura. Por cierto, Marga o Fini, los del Proyecto Reto Everest buscan gente para completar la expedición...


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