Trotando por el Clot de Galvany

El sábado pasado me acerqué al Clot de Galvany en una mañana estupenda y soleada. Decidí completar la senda que rodea el perímetro del paraje natural. Marga me acompañó y se está consagrando en este mundillo. Se trata de un circuito de unos 8 kms muy agradables de correr. Hay un par de sendas más y así se puede alargar la distancia. Hace un año aproximadamente tuve la oportunidad de atravesarlo junto a Ito y Carlos con motivo de mi preparación para el Maratón de Sevilla.

En esta ocasión el propio Clot ha sido el protagonista y me he quedado embelesado de su belleza pese a la presión urbanística que padece. Es fácil, os acercáis al aparcamiento que aparece frente al edificio del Centro de Interpretación o Aula de la Naturaleza y allí mismo comienza un sendero trotable 100 %, con suaves subidas y bajadas y desde el que se disfruta constantemente de los pinos, tarays, lentiscos y de una charca casi seca. Una lástima ya que, pese a las lluvias recientes, no se han podido recargar los acuíferos que mantienen el nivel freático. La presencia de varios miradores y los búnkeres de la guerra civil le dan un toque cuanto menos curioso. Lo dicho, un lugar idóneo para realizar una trotada en grupo y después tomar un par de cocas con guisantes junto a una cerveza muy fría.

En otro orden de cosas el domingo nos vemos en la carrera de relevos por equipos del Km 21 Elx en la ladera del río, junto al puente de Barrachina, a las 9 a.m. Mi capitán Alejandro Maciá y el color de mi equipo el girasol. ¿Haremos un buen papel?. Con divertirnos y pasar un buen rato es suficiente.

Amigos por todas partes en la II Trotada Cervecera

¡Qué más se puede pedir!. Nada. Si corres con gente sana que le gusta lo mismo que a tí. Si visitas algunas zonas que no has pateado nunca y que te sorprenden. Si estás cómodo sin mirar el reloj para ver el tiempo empleado. Si luego te duchas y sacias la sed con tu líquido elemento preferido. Si puedes conversar en agradable tertulia y ponderar el estado del atletismo popular del fondo. Si encima recibes ánimos de todos tus amigos para no desfallecer en tal o cual aventura... todo esto y mucho más se vivió ayer.

Don Francisco nos volvió a sorprender y a alcanzar cotas de aceptación de una prueba atlética difíciles de superar: más de 100 participantes donde no faltó casi nadie y cada uno con su mochila llena de experiencias que a nadie le importaba escuchar. Porque detrás de la mera trotada, hubo una excepcional renión de amigos.

En lo puramente objetivo se desarrolló la trotada alrededor del pantano completando una distancia próxima a los 14 kms. La salida desde el centro deportivo de Natura Sport se realizó con un tiempo espléndido que luego se deslució un poco por la presencia de un fuerte viento en las zonas altas. Quisiera resaltar el paso por la zona de El Castellar, monte próximo a la presa donde pudimos observar restos arqueológicos de un asentamiento íbero y la breve parada en el paraje de Mariano Ros. Trapatroles (un valenciano exiliado en Cartagena) nos documenta a la perfección la ruta... y es que de fuera vendrán para que nos valoren lo que tenemos. Gracias a tí tocayo por completar culturalmente esta bonita trotada. No dejar de ver la excepcional imagen tomada junto a la presa.

Terminamos, como no, con la cerveza que llevábamos impresa en las camisetas y que vamos a lucir en nuestros entrenamientos para la sana envidia de los que nos vean. Por último agradecimos y aplaudimos a Paco por una iniciativa que lleva tintes de convertirse en una clásica del calendario... simplemente porque nos gusta.

Los equipos del sur completaron la IV edición de los Arboles y Castillos

Nuestra representación llevó los dorsales 3 y 4 o, lo que es lo mismo, Elxtrem y Baix Vinalopó. Mi equipo, el 4, quedó el 30 de 35, mientras que Elxtrem ocupó un meritorio 15º. A mí me tocó una etapa preciosa, desde Loriguilla a Villamarxant. Algo de asfalto, senda y mucha pista forestal. Para tener una información más amplia os dejo el enlace con los blogs de Paco y Ramón Trapatroles. Experiencia única y, salvo el problema que supone crear muchas salidas y metas, es digna de tener en cuenta si hay un grupo unido que desea pasar un fin de semana corriendo y animando al resto de componentes. Resultó curioso el comentario que hacían algunos corredores sobre el contrincante a batir, es decir, sobre el representante del equipo colocado en un puesto anterior al suyo. Era, pues, una batalla por equipos donde se intentaba arañar minutos para escalar posiciones. Como os comenta Paco, llegué por segundos a la hora de la salida, ni que decir tiene que no calenté lo más mínimo pero me encantó el circuito. Los 13 kms los completé en 1 hora 10 minutos y me sobraron 10 para no entrar fuera de hora; no dí pie a que nos penalizasen. Ameno aunque un poco solitario por la escasez de participantes en cada etapa. En la foto superior arropando a D. Francisco.

IV Carrera de los Arboles y Castillos

El domingo me he enrolado en esta aventura. Es la primera vez que participo en este formato de carrera gracias a la ilusión y el ímpetu de Paco Navarro. Gracias de nuevo a este tío que consigue aunar a gente de de distinto nivel, de distintos lugares de residencia y, por supuesto, de distintos padres y madres. Seguro que saludaré a compañeros que no he visto en mi vida y ahí está la grandeza de estos eventos colectivos que, al igual que en la Carrera de la Roá, un deporte tremendamente individual se convierte en uno de grupo, de "equipo", un espíritu que personalmente me agrada y me ilusiona. Pero ahí no acaba todo lo que mueve Don Francisco y dentro de quince días nos anima a correr y a beber cerveza. Un lujo tenerlo cerca.

Una Botamarges dura, muy dura, durísima

El término valenciano Botamarges (así se llama el club de montaña de Forna) podría traducirse en castellano algo así como "saltar márgenes". Se queda corto. Los más de 60 kms y más de 2900 metros de desnivel constituyeron todo un reto donde lo más importante fue mantener la serenidad mental para dosificar fuerzas y no sufrir percance alguno. Sin lugar a dudas ha sido la prueba de fondo más dura en la que he participado. Mi respuesta a la amabilidad de los organizadores cuando me preguntaban sobre la carrera fue que le habían sobrado los últimos 15 o 20 kms y que era poco trotable, vamos, demasiado técnica. Sin embargo, el estado físico en el que me encuentro tras la prueba es excepcional y, cuanto menos , puedo sentarme y levantarme de una silla sin necesidad de apoyos. Allí estuvieron los corremontañeros duros y puros (Víctor Candela, Fernando, Paco Robles, Alberto, Manolo Román, El Cocinas, Raúl Vicedo, Francisco Zaragoza, Jessica, Paco Navarro...), los que disfrutan de esas maravillosas vistas tras hacer cumbre en La Safor y los que tienen unas articulaciones a prueba de bomba. Lo digo porque el peor momento lo pasamos mi compañero de fatigas Salva Maciá y yo en una dura bajada asfaltada, de gran pendiente, con mucho calor y allá por el km 45 (la llaman el Dragón Khan): las rodillas debían soportar el peso de nuestros cansados "bodys" más la frenada imprescindible por la inercia de la gravedad. Desde aquí felicitar la execelente labor organizativa del Club Botamarges, pusieron mucha ilusión y un derroche de amabilidad. No quiero acabar sin dar las gracias al debutante Salva Maciá que se dejó convencer por mí para que acudiese. Espero que cuando me vea siga dirigiéndome la palabra... codo a codo y con apoyo mutuo acabamos incluso casi sprintado en los últimos 4 kms con el fin de acabar por debajo de las 13 horas. ¡LO CONSEGUIMOS Y ENTRAMOS JUNTOS EN META TRAS 12 HORAS 50 MINUTOS!. Una pasada pero para repetir muy de vez en cuando.

Arquitectura militar en la Sierra de Santa Pola

Tras el madrugón de esta mañana nos hemos puesto de largo para correr por la Sierra de Santa Pola. El sol tapado por las nubes y la brisa procedente del mar nos ha facilitado nuestro ejercicio. Además del precioso Barranc del Salt nos hemos tropezado esta mañana con restos de arquitectura militar de la guerra civil. Se trata de dos fosos circulares que presentan conexiones subterranéas mediante galerías y donde se localizarían sendos cañones de artillería. A Paco, además de trotar, le encanta la Historia y, si es cercana a nuestro entorno, mucho más. Como se observa en las fotografías adjuntas, ahí está junto a la estructura de cemento dándonos su versión de lo que veíamos. Toda una sorpresa. Los números son 18 kms recorridos en algo más de dos horas. Ni que decir tiene el grato recorrido que ha experimentado la cerveza a través de nuestro aparato digestivo después de una deliciosa mañana.

Esta tarde me he acercado a Pinoso con el objetivo de hacer kms con el coche. Ha conducido mi hijo Pablo (se ha sacado el carnet hace dos meses y está en período de rodaje) y me he encontrado con esta fiesta para reflexionar: una vaquilla que empieza a hacer de las suyas para deleite del respetable. ¡Menos mal que la dejan descansar cada 15 o 20 minutos y así se va turnando con su o sus compañeras!

Trotada por la sierra de Santa Pola

A las 8 am partimos hacia la sierra y nos adentramos por uno de los barrancos que acaban en el casco urbano. Los olores de las plantas aromáticas añaden un activo a esta bonita trotada. Según observo, el grupo está formado por aquellos que sienten un cariño especial por las correrías montañeras y, sin duda alguna, a nadie le ha defraudado. A la quedada de Paco llegan los que se preparan para el ultatrail del Montblanc, el maratón de los bosques, la carrera de las fiestas de Matola, el partido de pádel próximo o simplemente para pegarse una sudada y sentir a posteriori la recompensa de una cerveza bien fría.

El recorrido nos ha deparado vistas preciosas sobre el barranc del Salt o sobre el Mediterráneo. La infinidad de senderos que cruzan la sierra nos aporta la incertidumbre frecuente en la elección de uno u otro... el hecho de perderse "un poquito" tiene su encanto y eso, los que llevaban el timón del grupo, lo hicieron a la perfección.

En el faro se unen José Manuel López, Manolo Román y Germán. Bajamos con precaución por la esacalera-senda que frecuentaba el farero y acabamos por el precioso paseo junto al mar situado en Santa Pola del Este y utilizado en la media maratón. En total fueron 17 kms en unas dos horas incluyendo reagrupamientos. Os dejo con las fotos para el recuerdo.

Subimos a La Vella de noche

Es sábado 9,30 pm y Víctor, un entusiasta crevillentino de las carreras de montaña, nos daba la bienvenida y las explicaciones pertinentes sobre la prueba que íbamos a realizar; también nos aconsejó fehacientemente que nos afiliásemos a la Federación de Montañismo por "si las moscas". Previamente tuvimos que firmar una especie de "consentimiento informado". Nadie se opuso a ello y todos teníamos muy claro el carácter no oficial y no competitivo de la trotada que iba a comenzar. Vamos, que cada uno corría con los riesgos que conllevaba. Allí nos encontramos Angela y Francisco (unos fijos), Germán, Manolo Román, José Manuel López, Pablo, Ramón López...

Salimos hacia la montaña aún de día y a la altura de la ermita de San Pascual se hace el primer reagrupamiento. La vista sobre Crevillente es espectacular pero a la altura del Pouet de La Mel el propio Víctor aleccionó al grupo de unos 50 corredores sobre el tramo que íbamos a atravesar: el peligro recaía en la proximidad de la senda a un profundo barranco. Evidentemente se atravesó andando y llevando las máximas precauciones. La noche se echó encima y la hilera de corredores con el frontal dejaba imágenes en nuestra retina difíciles de olvidar. Paset a paset apleguem... ¡sí coronamos La Vella! y nos quedamos boquiabiertos con el espectáculo que había a nuestros pies: la luna con su resplandor y toda la iluminaria de las comarcas del Baix Vinalopó y la Vega Baja no defraudó a nadie. Lo más emocionante fue, sin duda alguna, el descenso ahora sí CORRIENDO. Los frontales eran nuestros máximos aliados pero el hecho de fijar la mirada en un espacio tan reducido amén de los vaivenes que se dan con los saltos, a más de uno le produjo algún leve mareo. Como decía, se disfrutaba de lo lindo en la bajada pero había un contratiempo que añadir: quedaban más de diez kms para llegar a meta y yo estaba seco. Aunque me iba administrando todo lo que podía, apenas me quedaban unas gotas en mi botella. La sed iba adueñándose de mi garganta, Crevillente está aún lejos, empiezo a titubear, veo unas luces amarillas intermitentes a lo lejos y pienso que es la Guardia Civil... me acerco y ¡albricias! ¡La Cruz Roja nos llevó agua fresquísima hasta la mismísima sierra y en la más absoluta oscuridad!. ¡Jamás agradecí tanto el líquido elemento! ¡Un HURRA a esos voluntarios por estar ahí!. La organización no nos dio opción a perdernos y allí donde había algún cruce se adelantaban para indicarnos el camino. Bien, todo salió ídem, sin lesionados, unos 20,2 kms según GPS en unas 3 h 40 min y finalizamos con un estupendo bocata acompañado de cerveza bien fresca que devoramos en un santiamén. Para repetir.

Imágenes de la carrera de La Sagra 2009

Gracias a Angela, Francisco, Mayte, Alberto y Paco he realizado esta recopilación de imágenes para el recuerdo de un día inolvidable