Ya han pasado unos dos años desde que aterrizaste en Elche y, muy especialmente, en el Centro de Salud "El Pla". Tus primeros días fueron algo difíciles. Tuviste que improvisar, estabas sóla ante la avalancha de conceptos no nuevos para tí pero sí en un medio laboral que desconocías. Pero ahí estabas tú, Esther, con tu ternura, tu gran poder de adaptación, tu serenidad, tu dulzura con los niños, tu capacidad de hacer fácil lo difícil... Me apoyaste a la hora de emprender trabajos que hubiesen sido imposibles sin tu colaboración siempre desinteresada. En muy poco tiempo pasaste a ser "la doctora" y yo muy orgulloso por tener una compañera tan aventajada. Jamás hemos tenido una discusión en la que el tono de voz se hubiese elevado por encima de lo normal y, en definitiva, siempre has puesto una inmensa ilusión a la hora de "educar a tus niños y a las mamás". Muchas caries se han quedado en el camino por el empeño que has puesto siempre en tu trabajo. He tenido tiempo de conocer tus inquietudes, tus ilusiones y frustraciones pero hay algo en tí por encima de todo contratiempo: el amor que das y recibes especialmente de tu familia. Y así lo entiendo todo. Por ello me alegro muchísimo que puedas hacer realidad ese inmenso placer que sientes al estar cerca de los tuyos. Pero que no te quepa la menor duda que aquí en Elche, en El Pla, dejas a un grupo muy feliz por tu paso entre nosotros.
Tu "compa" Ramón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario